sábado, 8 de mayo de 2010

SITUACION: Yo, sin auto...



Hay muchas mujeres que no manejan, aclaro, no manejan autos, porque manejar en sentido amplio, lo hacemos todas las mujeres.

Pero para mí, que soy una mujer chofer, el auto es una adicción… lo sé, por más que muchas veces digo que sería mejor no saber manejar y entonces no me correspondería la agotadora tarea de llevar y traer los niños al cole, a sus múltiples actividades extra, a la casa de amigos, a los cumpleaños, al fútbol, de ir a hacer las compras del super, de ir a pagar las cuentas, de manejar a la vuelta de las fiestas para que mi marido pueda tomar sin tener que manejar ese día, ya que el resto de los días va y viene a trabajar manejando…Ah y también a la práctica de futbol, faltaría más, justo tener que manejar después de una fiesta pobre!!!

Por suerte para mi marido, yo manejo desde que tuve edad para hacerlo y desde antes también… y por suerte para mí, porque la independencia que me da manejar, no tiene precio. Pero a pesar de eso, para mí el auto es un mero medio de transporte, nunca me enamoré de uno, siempre lo usé y nunca supe cómo ni cuándo cuidarlo… lo hago lavar cuando no da para más y el lavado dura una semana con mucha suerte y viento a favor.

Lo cierto es que si el auto se me rompe, como me pasó ayer, se me viene la noche… lo primero que hago es llevarlo a la estación más cercana y poner cara de desgraciada, buscando que algún hombre de los que trabajan ahí,  haga el intento de hacer el arreglo mínimo necesario para poder seguir andando hasta nuevo aviso… por lo general logro dar pena y logro que lo intenten, pero rara vez solucionan el problema… entonces paso al plan B y llamo a mi marido… quien en un acto de generosidad sin precedentes se ofrece a llamar al mecánico y a ver en qué momento del día puede ayudarme con el tema… sigo sin solución y plan C llamo a car up y mando el auto directo al taller… sin mí, obvio, que se arregle solo el hijo de….

Ya definitivamente sin auto, entro en pánico, me pongo a pensar que no voy a poder salir de trabajar a las 18.00 y estar 18.05 en el cole, 18.10 en taekwondo, 18.20 pasar por el banco, 18. 25 por el abitab, 18.40 de vuelta en casa para cocinar…. 19.00 otra vez en taekwondo… y así sucesivamente. Para tomarme un ómnibus no me dan los tiempos y ya no sé donde se toman, ni en que horarios, ni que línea tomar para ir a tal o cual lugar… obviamente tampoco tengo idea a cuanto está el boleto ni monedas para pagarlo… la solución sería entonces un taxi, pero pienso que me sale carísimo… Llamo al mecánico y me da la fantástica noticia de que no voy a tener el auto para esa tarde…que con suerte a mediados de la próxima semana… y en ese punto, colapso. Entonces, Plan D lo dejo a mi padre sin auto, convencida de que definitivamente en esta vida, nadie necesita un auto más que yo.

Y eso, hace que me sienta una burócrata, oligarca, mal criada psicotizada y sin conciencia social… sin perjuicio de lo cual y a pesar de esa impresión tan fea que me queda de mí, ya voy pensando en cambiar de auto… que se creyó? … dejarme a “MI” a pié… ja!

5 comentarios:

  1. Es que cuando una se convierte en madre debería recibir automaticamente el título de Dirección en Logística, que no ! Y debería venir con el auto incluído a cargo del Estado, nafta incluída y gastos de locomoción. Deberían haber también plazas de estacionamiento reservadas para madres. Qué se creen, dejarnos a NOSOTRAS a pie !

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  2. jaja Maia... totalmente de acuerdo... deberíamos luchar por un impuesto de madre. similar al impuesto de puerta o al de primaria q existe acá en UY y volcar lo recaudado justamente a autos, gastos y estacionamientos para nosotras...

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  3. aháa mirá vos, yo pensé que la entidad suprema eran las madres, pero acá vengo a descubrir que detrás de ellas estan los autos, los mecánicos,los maridos y en último recurso los padres con auto!! Estoy confundida.

    Besos

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  4. somos claro la entidad suprema...pero algun bastón tenemos.. eso tb es cierto ;)
    Besos!!!

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  5. Ay dios, me siento totalmente identificada... a excepción del punto del marido (que ya no tengo), pero el auto, la estación de servicio, el mecánico (gracias a dios es el marido de una amiga y bien cerquita tiene el taller), y por último, ¡el padre! (aunque el mío no me presta el auto ni loco, pero me lleva y trae o va a buscar a las nietas a pedido)...

    Y ahora me voy que tengo que recoger a la grande del flamenco a las ocho...

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