Tan frágil resultó el intento urbano de no dejarse llevar, tan débil la propuesta de no caer en la humana debilidad…
Ambos sabían que tarde temprano aquello iba a suceder… ni cuando, ni donde, pero vendría.
El momento llegó tan buscado como inesperado y entonces, creyendo que nadie reparaba en ellos, se alejaron de todos, lo más cerca que pudieron, como si en realidad, lejos de querer ocultarlo hubiesen querido gritarlo…
La luna cómplice se dejaba caer por la inusual ventana y los iluminaba apenas pero suficiente para que se vieran los cuerpos por primera vez, sin perjuicio de los sueños y los pensamientos que antes se habían regalado el uno al otro.
Alejados del mundo con el mundo a pocos metros de distancia, se olvidaron de oírlo y solo escucharon el latir de sus propias almas, descubriendo incrédulos que compartían el mismo ritmo.
Y así, a ritmo, la noche fue quedando del color de la magia y fue mágico el encuentro en medio de un paisaje indígena y con la tribu dormida.
Los besos, las palabras, las confesiones osadas, las caricias, el calor de las manos sobre los cuerpos, el movimiento acompasado en un lugar reducido, el respiro final, el grito ahogado, el placer derramado… alejaron el nocturno frío de octubre, que se instaló en los cristales y al empañarse, éstos, se hicieron cómplices del secreto.
No pudieron ellos elegir cuando y donde… tampoco previeron aquella explosión, no imaginaron que no habría lugar para la razón, se dio así y así se instaló.
Tan fuerte resultó el instinto indígena de dejarse llevar, tan hábil el poder que destruye el nómade pensar…
Intenso y si fue real intenso el encuentro se puede sentir.
ResponderEliminarTe felicito Ana, escribís muy bien.
Beso, Gaby.
una pregunta nomás, CUAL ES EL COLOR DE LA MAGIA?
ResponderEliminarBello, bello, todos tenemos nuestro instinto indígena que nos conduce así, me encantó Ana, precioso!!
ResponderEliminarGracias por compartirlo!!
Por mi parte, creo que el color de la magía es el que uno le quiera dar
Un beso enorme!!
Gracias Gaby y Pato por su paso y comentarios...
ResponderEliminarA mi me contaron, en un retiro del que participé en agosto.. que el color de la magia es el violeta... asique... habrá que esperar una noche violeta entonces?...
Besos a ambas...
Que dulzura. >Miles de imágenes me vinieron a la cabeza. Pero me quedo con el contacto de pieles en un paisaje, que presumo, natural, original, precioso. Beso.
ResponderEliminardulzura es tu comentario Curiyú... sabés que creo que también me quedo con el contacto de pieles en el lugar original? seguro que esos no se olvidan...
ResponderEliminarGracias y besos.
coincido con Curi. Dulce, tierno y hasta inocente en su no-inocencia.
ResponderEliminarMuy lindo, ami.
Besos
Ah que genial...tal cual,es una no inocencia muy inocente.
ResponderEliminarBesossss
Es precioso el relato. Tiene fuerza e inocencia, como dijeron antes. Te felicito :)
ResponderEliminarBesos