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Hubo un día, en el que me encontré con una caja celeste llena de fotos…las fui sacando de a una y, mirándolas detenidamente, ellas fueron cobrando vida… y la inconsciencia me jugó una buena pasada e hizo que se esfumara el presente y me llevó sin escalas al pasado glorioso de aquella juventud hoy añorada…
Y me puse en remojo el alma y la curé en el recuerdo de aquellos momentos… como tocada por la varita mágica de un hada.
Volví a caminar por todas aquellas arenas, volví a lastimarme caminando descalza entre todas aquellas rocas, volví a sumergirme en todos aquellos mares, volví a agradecer amaneceres y a aplaudir atardeceres, volví a los fogones en Manantiales, miré “martes 13” aterrada, jugué a Antón Pirulero, a dígalo con mímicas y al WAR 1 hasta altas horas de la madrugada.
En Las Mesitas, volví a tomar mate al sol y cerveza a la luna, anduve en bici recorriendo casas abandonadas que pretendíamos embrujadas y a caballo en los bosques del Jagüel y de la 39, volví a escaparme a La Pedrera, volví al camping de La Paloma, volví a los ranchos sin eléctrica del Cabo y a las dunas de Valizas, volví a bailar en Space, en Ezequiel, en Las Grutas y en Brujas…volví a Gorlero y a las escaleras de las maquinitas de Diego, volví a pasar rapidísimo una y mil veces por el puente de La Barra, volví a jugar a la escondida en la casa de Karina, al brushing de Andrea, a los libros de Historia y Derecho con Silvana, volví a la combi de Rosario, al chevette de Laura, a la hondita de Claudia, volví a mí Meharí … y a la otra, a la que buscaba las olas entigradas... volví a las siestas cantadas y a las siestas encantadas…
Recordé aquellos secretos, los encuentros milagrosos, las miradas provocadas.
Me puse el walkman y me tiré a lo largo en el muro de La Olla y escuché “bailar pegados” en El Emir, y viajé a Montevideo y Noel me presentó a Sabina y Sabina me regaló “besos de judas” primero y todo su repertorio después… me cansé, y volví a estar cansada.
Recorrí facultad, me estremecí frente a la lista con los resultados del primer examen, tomé un té de vaso largo en la cantina, estudié en la biblioteca, fui a cinemateca, me senté con Martín en el Lobizón y lo vi escribir un poema para Ximena… y con ella volví a Jamaica y se me incorporo la mística y volví a conocer la verdadera transparencia…y recordé como era la nada.
Y casi volví al momento de la elección, pero justo ahí, en simultaneo con la lágrima que peleaba por derramarse sobre mi mejilla, la conciencia me jugó una mala pasada y me arrancó de un tirón de donde estaba, trayéndome de un cimbrazo al acá y ahora… donde estoy sentada, en medio del diseño perfecto… de una vida decorada.
También necesitamos la vida decorada para decorar esos sueños.
ResponderEliminarBesos
Que lindo !!! ... prácticamente te acompañé en casi todos esos recuerdos ... los reviví uno por uno, gracias ...
ResponderEliminarQué lindo Ana... Diseña y decora tu vida como a ti más te guste. Te va quedando hermosa. Beso
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