No tenía
mucho de mí para dar, mitad de semana, me había acostado tarde y sin buen
motivo, poco ánimo para el trabajo, días previos y venideros algo difíciles de
transitar, porque julio en sí, me resulta un mes poco cálido y no solo por el invierno y el frío que es
intransigente conmigo.
En tales
condiciones me levanté tempranito y fui al gimnasio, entrenamos y eso me
devolvió un poco de energía…las mujeres solemos hacer cosas para nosotras
cuando necesitamos sentirnos mejor y entonces como buena mujer , me fui a la
peluquería… salí algo renovada, no del todo pero iba mejorando el día.
Tomé rambla
rumbo al estudio, el auto va solo, en automático y frena en cada semáforo… se
me acerca un limpiavidrios, me hace la seña de estilo, le digo “no no gracias”…
me pide un cigarro… “no tengo” (era verdad, no tenía), me pide que baje el
vidrio… lo bajo y lo miro con cara de fastidio para escuchar “a pesar de esa
mirada, usted es muy linda”… ja, me sacó una sonrisa, que descaro, que desfachatez, pensé… pero me reí y seguí…
Estacioné a unas dos cuadras, estaba lindo, frío, muy
frío, pero soleado… mientras caminaba iba pensando en muchas cosas que tengo
ganas de hacer y no están saliendo por ahora, intentando a
su vez mantener la esperanza de que pronto todo se va a dar… no soy muy
soñadora pero últimamente el soñar, se ha convertido en un buen recurso para
ayudarme a seguir transitando… que sería de mi sino soñara hoy por hoy…
En el
edificio donde trabajo hay dos porteros, uno en la puerta general y otro en la
torre 1 de 3… el primero no me reconoció, muy extraño porque me ve todos los días…
a tal punto que muy serio me preguntó a donde iba…después de unos segundos me
dijo: Ahh perdón no te reconocí estas … diferente…” que pasa? me pregunté… y
seguí mi camino... llegué al segundo portero “que hacés Rafa me reconocés?jaja" y
le conté el reciente episodio… “es que estás cambiada, algo en el pelo… más
linda”…
Bueno - me
consolé-, yo no tengo mucho de mí para dar,
pero al menos doy que hablar… Ascensor, 15 pisos, mi mente que volaba y
soñaba y mi autoestima un poquito más elevada… llegué a mi escritorio, sobre el
teclado un BIS de chocolate… no pregunté quién lo había dejado, no hace falta…
o sí… pero preferí no preguntar. Me preparé un café, me lo tomé acompañado del BIS y
pensé… a pesar de todo, puede ser que todavía tenga algo de mí para dar.
cómo no, si sos un angel
ResponderEliminar;)
SIEMPRE tenemos algo para dar. Nunca pienses lo contrario. Menos una Afrodita, por favor! :)
ResponderEliminarAdemás, me encanta que sueñes. Sé lo que es no soñar. Yo tampoco solía hacerlo. Y también sé lo que es vivir en otra realidad, la paralela. Y a veces, es mucho más divertido, alentador y esperanzador.
Beso!
Claro que tenés de vos para dar, te diré que leyéndote me acabás de dar/provocar una sonrisa, por ejemplo. Me sentí identificada con tu historia y me gustó mucho. Y seguí soñando, el pensamiento positivo da resultado.
ResponderEliminarUn beso. ¡Qué frío!