lunes, 22 de noviembre de 2010

Rebotando...


No puedo contigo tanto como no puedo sin ti.
Reconozco sin querer reconocerlo el sentimiento bendito y maldito esta vez.
Tan segura como insegura de lo que te hago sentir, tan incrédula como crédula de lo que me haces sentir.
Hago un lugar y otro más, y dudo y me da miedo y me arrepiento después.
La incertidumbre aparece cada día,  estás, no estás, vienes y vas.
La mezcla fatal de sentimientos encontrados burbujeando en mi caldero interior.
Gritos y ruidos que parecen no terminar y la calma que llega regalando escasos minutos de tranquilidad.
El encuentro tarda pero se da y es glorioso y sabroso y  luego se esfuma, desaparece sin más.
La tormenta, las dudas, la inevitable distancia, la desazón y el volver a tropezar yo contigo, vos conmigo…
La debilidad que huele a eterna y nos ablanda, cedemos, las flechas se alinean y todo vuelve a empezar...






1 comentario:

  1. En el fondo, ese caos es lo que hay dentro nuestro. Es inexorable, fragmentos por todas partes.

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